¿Y el polo de Tabasco?; Refinería en fase de arranque, tren en construcción… el estado avanza con ruta propia

Dos Bocas y el tren: ¿el polo no nombrado de Tabasco?

En la primera gran jugada económica del gobierno de Claudia Sheinbaum, Tabasco no aparece en el tablero de los nuevos polos de desarrollo. De los quince primeros anunciados por la Presidencia para detonar inversión, empleo y relocalización industrial, ninguno se ubica en territorio tabasqueño.

¿Desaire político? ¿Castigo económico? Ninguno de los dos. Lo que a primera vista parece una omisión, es en realidad un caso atípico: Tabasco ya se encuentra en una etapa distinta del ciclo económico que ahora comienza para otras regiones.

El estado fue receptor de la mayor inversión pública del sexenio pasado: más de 330 mil millones de pesos canalizados a la construcción de la Refinería Olmeca en Dos Bocas, el puerto industrial y su infraestructura periférica.

Firma del convenio de los 15 Polos del Bienestar con los gobernadores y la Presidencia de la República, en la mañanera del 26 de junio de 2025.

Esa obra —aún en fase de arranque— ha reconfigurado la dinámica productiva del Sureste y proyecta una segunda etapa con el próximo ferrocarril Dos Bocas–Estación Chontalpa, cuya construcción arranca este 2025 con una inversión estimada en 10,200 millones de pesos.

Aunque la refinería aún no produce a plena capacidad, su sola existencia ha reactivado sectores logísticos, de servicios, vivienda e industria auxiliar en el norte de Tabasco. Si algo explica la ausencia del estado en este primer bloque de polos, es precisamente que ya cuenta con infraestructura y capital público desplegado, mientras otros apenas comenzarán estudios y habilitación de predios.

LA ECONOMÍA POSREFINERÍA

El discurso oficial asegura que la refinería Olmeca podrá procesar hasta 340 mil barriles diarios. Sin embargo, reportes recientes confirman que su operación aún está lejos de ese objetivo.

En marzo de 2025, apenas procesaba alrededor de 50,700 barriles diarios, y su producción de gasolina apenas alcanzó el 3 por ciento de la capacidad nominal, mientras que el diésel llegó al 30 por ciento. En términos reales, representa un avance técnico importante, pero todavía insuficiente para considerarla plenamente operativa.

SECTORES QUE IMPULSAN LOS POLOS

· Bienes de consumo

· Agroindustria

Aeroespacial

· Automotriz y electromovilidad

· Electrónica y semiconductores

· Farmacéutica y dispositivos médicos

· Energía, química y petroquímica

· Textil y calzado

· Economía circular

Dicho de otro modo: Tabasco tiene los fierros, pero no aún el fuego económico completo. No obstante, las condiciones están dadas. El puerto de Dos Bocas está activo, el parque logístico se amplía, y el Tren Chontalpa sumará conectividad estratégica a la plataforma energética.

Esto no es menor. Según los propios lineamientos de la Secretaría de Economía, para integrar un polo de desarrollo se requieren predios disponibles, infraestructura energética, acceso a vías de comunicación y condiciones ambientales resueltas. Tabasco ya cumple con todos esos requisitos.

MÁS QUE UNA LISTA, UNA ESTRATEGIA

Los quince Polos del Bienestar anunciados son el primer bloque de una estrategia más amplia para captar inversión derivada del T-MEC y del fenómeno global del nearshoring. La presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario Marcelo Ebrard dejaron claro que habrá una segunda etapa. La prioridad inicial fue para entidades con menor infraestructura instalada, pero con alto potencial.

El subsecretario de Industria y Comercio, Vidal Llerenas, lo explicó así: México tiene una ventana de oportunidad única hasta 2030 para absorber inversión extranjera directa en sectores estratégicos.

La proyección global para estos 15 polos es de hasta 450 mil millones de pesos en inversión potencial y 300 mil empleos nuevos. No se trata de un monto asegurado ni asignado por decreto, sino de una meta de atracción de capital privado que dependerá del entorno fiscal, logístico y regulatorio en cada región.

El incentivo es mayúsculo: deducción inmediata del 100% de activos fijos, más un 25% adicional si las empresas implementan programas de capacitación dual, y otro 25% si invierten en innovación o investigación.

En esa lógica, Tabasco está mejor posicionado que muchos otros estados, pero debe presentar proyectos viables, estudios concluidos y paquetes de suelo legalmente disponibles. No basta con esperar una designación: hay que competir por ella.

UNA PAUSA, NO UNA AUSENCIA

El error de algunos analistas ha sido interpretar la no inclusión de Tabasco como una señal de abandono. Al contrario, todo indica que la inversión pasada y la que ya está autorizada (como el tren Dos Bocas–Chontalpa) colocan al estado en otra fase del ciclo. Ya no se trata de proponer, sino de consolidar lo construido.

Además, hay regiones del estado que sí podrían calificar en la segunda etapa como nuevos polos. Zonas como Emiliano Zapata, Balancán, Tenosique o Cunduacán ofrecen ventajas logísticas vinculadas al Tren Maya, el Corredor Interoceánico y la industria agroenergética.

La tarea será de las autoridades locales y empresarios: presentar proyectos sólidos, legalmente viables, sustentables y con encadenamientos industriales claros. Solo así Tabasco podrá obtener un nuevo reconocimiento en el segundo tramo del sexenio económico.

LA OPORTUNIDAD SIGUE ABIERTA

La ausencia de Tabasco en la primera etapa de los Polos del Bienestar no es una derrota, sino una etapa intermedia. El estado tiene lo más difícil: inversión pública ya realizada, infraestructura activa y nuevos proyectos federales en marcha.

El reto es consolidar lo que ya existe y mostrar que puede transformarse en un verdadero clúster económico con empleos formales, inversión privada, logística integrada y valor agregado. La refinería es apenas el inicio. El polo está ahí. Solo falta que se encienda a toda su capacidad.

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