El Acueducto Usumacinta, con una inversión de 950 millones de pesos, asegurará el suministro de agua potable en Villahermosa. La presidenta Claudia Sheinbaum encabezará su inauguración. Conoce los beneficios y detalles del proyecto.

Sheinbaum inaugurará el Acueducto Usumacinta, el proyecto que blindará el agua en Villahermosa

El agua, ese recurso que suele ser valorado únicamente en su ausencia, ha sido protagonista de un esfuerzo de infraestructura que, sin grandes aspavientos, cambiará la vida de más de 600 mil habitantes de Villahermosa.

Este fin de semana, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezará la inauguración oficial del Acueducto Usumacinta, una obra que cierra un capítulo de incertidumbre en el suministro de agua potable en el municipio de Centro y abre la posibilidad de estabilidad en un servicio esencial.

Detrás del anuncio institucional y las cifras oficiales, lo que se juega aquí es un modelo de gestión pública en el que se privilegian obras funcionales por encima de monumentos políticos.

El acueducto de 4.1 kilómetros, con una inversión de 950 millones de pesos, se suma a las soluciones estructurales que pocas veces tienen el atractivo electoral de una glorieta o un paso a desnivel, pero que definen la calidad de vida de una población.

DE PROMESA A REALIDAD: UN ACUEDUCTO QUE CORRIGE UNA VIEJA CARENCIA

Por décadas, Villahermosa dependió exclusivamente del río Grijalva para abastecerse de agua potable. Sin embargo, la turbiedad del caudal, particularmente en la temporada de lluvias, obligaba a interrupciones del servicio, afectando la cotidianidad de miles de tabasqueños.

En respuesta, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) financió esta obra que ahora permite captar agua del río Carrizal, asegurando continuidad en el suministro.

La alcaldesa Yolanda Osuna Huerta, quien ha encabezado el seguimiento de la obra, lo define como un “referente en el sureste”.

Y en efecto, más allá del discurso político, el acueducto se inscribe dentro de un modelo de infraestructura con impacto directo en la vida diaria. Se trata de un avance que no solo resuelve un problema crónico, sino que además mitiga riesgos futuros, considerando los desafíos hídricos del estado.

A diferencia de otros proyectos en la historia reciente de Tabasco, este acueducto no fue producto de la improvisación ni de una visión de corto plazo. La inversión de 950 millones de pesos del gobierno federal se complementó con 250 millones del Ayuntamiento de Centro para obras adicionales, sin recurrir a deuda pública.

LA OBRA PÚBLICA COMO APUESTA POLÍTICA

El Acueducto Usumacinta es, en el fondo, una muestra de cómo la inversión en infraestructura invisible —aquella que no luce en las fotos pero sí en la calidad de vida— puede transformar la relación entre gobierno y ciudadanía.

En un estado donde las demandas suelen estar dominadas por grandes proyectos energéticos, esta obra representa una victoria para la infraestructura de servicios básicos.

El gobernador Javier May Rodríguez ha insistido en la necesidad de priorizar obras con impacto social sobre las de relumbrón. En ese contexto, la inauguración de este acueducto encaja dentro de una narrativa de infraestructura funcional y de largo plazo.

La llegada de Sheinbaum a Tabasco para dar el banderazo oficial al proyecto no es casualidad. Su visita se inscribe en una estrategia más amplia que busca reforzar su vínculo con una entidad que le brindó el mayor respaldo electoral en 2024. También, es un mensaje de que la agenda de infraestructura hídrica sigue en marcha bajo su administración.

IMPACTO INMEDIATO Y DESAFÍOS A FUTURO

Los beneficios del acueducto ya han sido tangibles. En recientes lluvias, cuando la turbiedad del Grijalva habría obligado a interrupciones del servicio, la planta potabilizadora Villahermosa continuó operando gracias a la captación del Carrizal. Esto anticipa un futuro con menos cortes de agua y mayor estabilidad en el suministro.

Sin embargo, la puesta en marcha de este sistema no es el fin de los problemas. El reto ahora es garantizar su correcto mantenimiento, evitar la sobreexplotación y asegurar inversiones adicionales para mejorar la distribución en colonias donde aún persisten deficiencias.

En un país donde la gestión del agua se vuelve cada vez más estratégica, el Acueducto Usumacinta es un recordatorio de que las soluciones estructurales son posibles cuando la política y la técnica convergen. Más allá de la inauguración oficial, la obra deja una lección clara: la infraestructura que no se ve es la que más impacta en la vida de la gente.

Caja de Datos – Acueducto Usumacinta
DATOS CLAVE DEL ACUEDUCTO USUMACINTA
Extensión 4.1 kilómetros
Inversión 950 millones de pesos (federación) + 250 millones (obras complementarias del Ayuntamiento)
Capacidad Aumentará en 50% el suministro de agua potable en Villahermosa
Beneficiarios Más de 600 mil habitantes
Captación de agua Río Carrizal, como complemento al Grijalva
Objetivo Garantizar estabilidad en el suministro y reducir interrupciones por turbiedad

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