Héctor I. Tapia
Cinco alcaldes, un solo partido, cinco maneras de gobernar. En Tabasco, Morena domina el mapa municipal —11 de 17 ayuntamientos—, pero los números revelan que la hegemonía no garantiza empatía.
La aprobación ciudadana, ese pulso que separa el discurso del resultado, muestra contrastes: Huimanguillo encabeza con 53.4 %, Comalcalco le sigue con 52.9 %, Centro ronda el 47 %, Cárdenas resiste con 45.3 %, y Macuspana se queda en 40.9 %.
Bajo el mismo color político, los gobiernos caminan a ritmos distintos: unos con la disciplina del orden administrativo, otros con la intensidad del territorio. Lo que las encuestas confirman es que la popularidad ya no es patrimonio del partido, sino reflejo del método y carácter de quien ejerce el poder local.
Este reportaje revisa el primer año de gestión de cinco presidentes municipales de Morena —Yolanda Osuna (Centro), Mari Luz Velázquez (Huimanguillo), Ovidio Peralta (Comalcalco), Euclides Alejandro (Cárdenas) y Gaspar Díaz (Macuspana)— a partir de doce meses de tracking, entrevistas y evidencias de gobierno.
No se trata de confrontarlos, sino de entender cómo, bajo una misma bandera, conviven modelos distintos de liderazgo y resultados desiguales.
Las cifras no miden ideología, sino eficacia: qué tan bien gobiernan y cuánto convencen. En un estado donde el obradorismo ya es estructura territorial, la encuesta del poder local retrata el verdadero termómetro de legitimidad: el desempeño. El color guinda es solo el punto de partida; la historia la escribe cada estilo.

HUIMANGUILLO | CAMINAR PAREJO
En Huimanguillo la política se hace a ras de suelo. Mari Luz Velázquez inició en octubre de 2024 con 63.2 % de aprobación; cayó a 44.5 % en abril y repuntó hasta 53.4 % en septiembre. No fue una ola, sino una curva que cuenta una historia: la gente castiga cuando no ve respuesta, pero premia la constancia.
Su método ha sido poner el cuerpo en el territorio. Las Jornadas de Paz llevaron consultas médicas, asesoría legal y trámites a comunidades como Ciudad La Venta y Mecatepec. En educación, el ayuntamiento impulsó transporte para universitarios y entregó tabletas a estudiantes.
En el campo, acompañó el regreso del arroz en el Plan Chontalpa, con apoyos a 500 hectáreas. No son megaobras, pero sí respuestas concretas para una región donde un camino arreglado vale más que un discurso.
El gobierno local ha trabajado en coordinación plena con Javier May Rodríguez, sin choques ni pausas, lo que ha permitido sumar recursos y mantener continuidad en programas sociales. Huimanguillo no se ha desviado del proyecto estatal: hace su parte en tierra, con la mirada en la comunidad.
¿Qué sigue? Agua, caminos y alumbrado con metas claras; mantener el transporte estudiantil y ampliar apoyos a pacientes con enfermedades graves. Si el segundo año consolida esas piezas, la curva seguirá arriba del 50 %. En este municipio, gigante y terco, la política volvió a caminar parejo.



COMALCALCO | GOBERNAR CON PLAN
En Comalcalco, Ovidio Peralta dejó el Senado para probar lo que significa gobernar con botas llenas de polvo. Arrancó con 67.1 % de aprobación, tocó 51.2 % en marzo y cerró septiembre en 52.9 %. Tras un arranque de expectativas altas, llegó el ajuste natural y luego la estabilización.

Peralta apostó por un gobierno de contacto directo. Los “Días del Pueblo” se volvieron su marca: mesas de atención, audiencias abiertas y programas sociales itinerantes. A ello sumó campañas de reforestación y limpieza con universidades, buscando que la ciudadanía vea un gobierno activo, no de escritorio.
En infraestructura destacan el puente en Lázaro Cárdenas y el mantenimiento de caminos rurales, obras modestas en extensión pero de alto impacto local. Además, el ayuntamiento publicó por primera vez sus reglas de operación en el Periódico Oficial, formalizando apoyos agrícolas y transparentando su manejo.
EVOLUCIÓN DE APROBACIÓN – COMALCALCO
Seguimiento mensual de respaldo ciudadano al gobierno municipal 2024–2025.
Fuente: Demoscopia Digital – Tracking 2024–2025.
Su política de seguridad privilegia la prevención con la campaña “Sí al desarme, Sí a la paz”, alineada con el modelo estatal. La coordinación con el gobernador Javier May Rodríguez ha sido fluida: interlocución constante, respaldo programático y continuidad.
El desafío es claro: convertir la comunicación en resultados visibles. En Comalcalco, la población mide la gestión por el agua que llega, el alumbrado que funciona y el camino transitable. Si logra sostener esa ecuación entre discurso y entrega, Ovidio Peralta cerrará 2025 con una aprobación ganada en la calle, no solo en encuestas.

CENTRO | LA SEGUNDA VUELTA
En Centro, Yolanda Osuna Huerta gobierna con experiencia y expectativa. En octubre de 2024 comenzó su nuevo mandato con 48.8 %; cayó a 37.1 % en abril y cerró septiembre de 2025 con 47.1 %. Sin desplome ni salto: es la curva de un gobierno que trabaja sin estridencias en una capital donde cada error se amplifica y cada acierto tarda en reconocerse.
Su sello ha sido el orden: digitalización, obra urbana y servicios básicos. Pavimentaciones en la colonia Pino Suárez, ampliación de la red de agua y el impulso de Centro + Cerca resumen su apuesta por la eficiencia. También ha promovido informes periódicos y avances de cien días que muestran cumplimiento.
EVOLUCIÓN DE APROBACIÓN – CENTRO
Seguimiento mensual de respaldo ciudadano al gobierno municipal 2024–2025.
Fuente: Demoscopia Digital.
En el discurso, Osuna plantea un “gobierno moderno y articulado”, y se abre espacio en foros nacionales sobre innovación y transparencia. Pero en Villahermosa los logros se miden por la calle que deja de inundarse, no por la exposición en un congreso.
Su relación con Javier May es de plena coordinación. No hay fisuras visibles, y esa sincronía le ha permitido estabilidad política y acceso a programas conjuntos. El reto ahora es sostener el ritmo: traducir planeación en resultados tangibles. Si la modernidad administrativa se siente en la vida cotidiana —en el recibo del agua o el transporte a tiempo— su aprobación podrá subir con la constancia que la caracteriza: sin ruido, pero con dirección.
CÁRDENAS | ENTRE DENUNCIAS Y GOBIERNO

Euclides Alejandro llegó a Cárdenas con un discurso de ruptura: limpiar la casa, combatir el huachicol y ordenar la policía. Su narrativa frontal encontró eco en una ciudadanía que exige resultados. Arrancó con 47.8 % en octubre de 2024, cayó a 42.7 % en noviembre y cerró septiembre de 2025 con 45.3 %. La curva es modesta, pero muestra algo: el alcalde ha resistido la erosión natural del primer año con un estilo directo, a veces áspero, pero reconocible.
Cárdenas es un municipio de contrastes: agroindustrial y conflictivo. Euclides lo conoce bien: fue regidor, secretario del ayuntamiento y diputado local, además de operador de Sembrando Vida. En seguridad dice haber depurado la policía y combatido el robo de combustible; en obras, priorizó mantenimiento vial y convenios educativos con universidades locales. Aún faltan datos públicos que validen la dimensión de esos avances.
EVOLUCIÓN DE APROBACIÓN – CÁRDENAS
Seguimiento mensual de respaldo ciudadano al gobierno municipal 2024–2025.
Fuente: Demoscopia Digital – Tracking 2024–2025.
Su relación con Javier May Rodríguez es funcional: colaboración sin pleitos. Pero la política local sigue siendo terreno minado; enfrentamientos con líderes del PRD y ex funcionarios le han generado ruido mediático.
La encuesta retrata ese desgaste controlado. En un año no ha perdido el piso, pero tampoco rompe el techo. Su reto es pasar de la denuncia a la evidencia, del dicho al dato: convertir impulso en credibilidad.
El reto es pasar de la denuncia al resultado.
Comentario editorial del autor

MACUSPANA | ENTRE ORDEN Y EXPECTATIVA
Gaspar Díaz Falcón es abogado y político local. Llegó con el lema “Servir para transformar”, que intenta convertir en método: orden administrativo, presencia territorial y transparencia inicial.
Su administración ha difundido obras de pavimentación y mantenimiento urbano —parques, alumbrado, limpieza— como prueba de arranque. Pero más allá de los banderazos, el desafío es cubrir un territorio amplio: Macuspana supera los 2,400 km² y exige logística para atender comunidades rurales históricamente olvidadas.
En redes, el municipio proyecta una imagen institucional: gabinete completo, ley de ingresos publicada y relación formal con el Colegio de Notarios de Tabasco, señales de gobernabilidad ordenada. Sin embargo, aún no hay tableros públicos que detallen ejecución de obra o gasto por localidad, vacío que puede restar credibilidad a la narrativa de transformación.
EVOLUCIÓN DE APROBACIÓN – MACUSPANA
Seguimiento mensual de respaldo ciudadano al gobierno municipal 2024–2025.
Fuente: Demoscopia Digital – Tracking 2024–2025.
La coordinación con el gobierno estatal de Javier May Rodríguez es funcional. Comparten discurso de proximidad y reactivación institucional, aunque Macuspana carga su historia política y un electorado que mide rápido. Con 40.9 % de respaldo, Díaz Falcón está en la franja donde la ciudadanía no castiga, pero ya exige resultados visibles.
El siguiente tramo será decisivo: pasar de limpiar parques y pavimentar calles a cerrar brechas rurales y mostrar números duros. En Macuspana, la paciencia siempre ha tenido reloj propio, y ya comenzó a correr.
LOS 5 ROSTROS DEL PODER LOCAL
En el tablero político de Tabasco, los números hablan más que las consignas. Cinco alcaldes morenistas —de realidades distintas y métodos opuestos— concentran la narrativa de un partido que aprendió a gobernar el territorio antes que la ideología. No hay un solo molde, pero sí una constante: el morenismo municipal se mide por eficacia, no por discurso.
Los datos de Demoscopia Digital muestran que, tras un año, los gobiernos de Huimanguillo, Comalcalco, Centro, Cárdenas y Macuspana reflejan la madurez de un movimiento que se volvió sistema. Ninguno es ajeno a la crítica ni inmune al desgaste, pero juntos representan la fotografía del momento: Morena conserva el poder local, aunque la legitimidad ya no se da por decreto.
Un dirigente lo resumió bien: “La gente ya no vota por el partido, sino por el estilo de gobernar.”
LOS CINCO ROSTROS DEL PODER LOCAL EN TABASCO

Ese cambio explica por qué Marilú Velázquez destaca por cercanía social, Ovidio Peralta por disciplina política, Yolanda Osuna por orden administrativo, Euclides Alejandro por resistencia y Gaspar Díaz por contraste simbólico. Cada uno encarna un modelo distinto de liderazgo dentro del mismo proyecto.
Las cifras permiten una lectura de fondo: Tabasco entró en la era de la evaluación ciudadana. La fidelidad ideológica cedió paso a la exigencia de resultados. Gobernar bien —aunque sin carisma— vale más que prometer mucho. Y esa tendencia redefine el 2027: los municipios ya no son trampolín, sino prueba de fuego.
La coordinación con Javier May ha sido clave: su estilo austero, control de narrativa social y distancia de viejas estructuras marcan la diferencia. El morenismo tabasqueño dejó de ser una ola: ahora es un sistema en ensayo continuo.
De aquí al segundo año, la pregunta será si ese sistema resiste el desgaste o se adapta a la crítica. Por ahora, los datos dejan una conclusión simple pero poderosa: Morena gobierna con fuerza, pero su futuro dependerá de quién logre gobernar la percepción.
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